Las playas más bellas de Bora Bora
En la Polinesia Francesa vivirá un momento excepcional en una de las playas más bellas del planeta. Puede que le tiente pasar más tiempo en el agua que en la arena. La laguna entre la isla principal y la motu (isletas de la Polinesia Francesa) serán su patio de recreo favorito.
Bora Bora y su laguna cubren un área de 3800 hectáreas. En el centro de la isla principal encontrará el famoso monte Otemanu, el pico más alto de Bora Bora, que se eleva a 727 metros. Recorriendo su primera corona, la carretera costera de 32 kilómetros le llevará a varias paradas en miradores dignas de postal. Luego viene la segunda corona de la isla, entre el lago y el océano, para observar algunas motus de coral y arena donde se ubican hoteles de lujo como Conrad Bora Bora Nui o Four Seasons Bora Bora Resort.
Playa pública de Matira: un imprescindible de Bora Bora
Situada en la punta sur de la isla, la playa de Matira es la única abierta al público (tātahi) en Bora Bora. Esta playa es mítica en la Polinesia Francesa y en todo el mundo por varios motivos. Se extiende a ambos lados de Punta Matira, al extremo sur de la isla principal de Bora Bora. Hay varios hoteles a lo largo de la playa que tienen muy buenas vistas y son muy cómodos para sus visitantes: están abiertos al público, sobre todo la zona de restauración. En la playa de Matira puede disfrutar de hoteles con bungalós mirando al mar. Matira es el lugar perfecto para estar, comer, tomar el sol y hacer esnórquel en la laguna: los rayos de sol suelen nadar en la playa.
La playa de Matira es la meta de la carrera va'a Havaiki Nui, famosa en todo el mundo, que tiene lugar cada año a finales de octubre en Bora Bora. Las va'a son las canoas polinesias tradicionales. Los equipos que participan en la carrera están compuestos de seis remadores. Miles de apasionados visitantes se reúnen en la Polinesia Francesa para dar la bienvenida a los equipos después de los tres días de maratón por las islas de Huahine, Raiatea, Tahaa y Bora Bora. Es un evento único que conecta las Islas de Sotavento y su cálida gente. Viaje cuando se vaya a celebrar este evento para vivir el increíble ambiente de la Havaiki Nui.
Por último, la playa parece estar hecha por un arquitecto que cortó líneas de azul de varios tamaños y profundidades. Esta increíble laguna azul es tan única que se podría confundir su color con la piscina del resort más bello que pueda existir.
El espectáculo de la playa de Matira es mágico y animado, pues dependiendo del sol, el viento, las nubes y la humedad del aire, los azules y verdes varían y se disuelven en una imagen de tonos iridiscentes. Es inolvidable. No pierda la oportunidad de quedarse en la playa hasta la puesta de sol para admirar los impresionantes colores que adornan cada tarde la Polinesia Francesa.
En las diversas motus de Bora Bora: viaje al paraíso
Si se queda en una de las motus de Bora Bora, tendrá otras «playas de Matira» a su disposición por toda la isla. Todas las playas de los hoteles y palacios están equipadas, al igual que aquellas de las pensiones y motus privadas. Todos los resorts de Bora Bora le ofrecerán una playa de arena blanca cerca o dentro del propio resort. La isla de Bora Bora es conocida en todo el mundo por sus bungalós sobre el agua.
Para disfrutar al máximo de esta experiencia, reserve su estancia en uno de los resorts de la isla: Conrad Bora Bora Nui Resort, Bora Bora by Pearl Resort (antes Pearl Beach), St. Regis Bora Bora Resort, Four Seasons Resort o InterContinental Bora Bora Resort.
Todos estos hoteles ofrecen bungalós sobre el agua y muchas actividades que le permitirán disfrutar de la playa de arena blanca de su motu durante toda su estancia en Bora Bora.
Puede hacer esnórquel por la motu, tomar el sol en la playa, montar en kayak o reservar un recorrido en moto acuática desde la playa del hotel.
No es de extrañar que la mayoría de los resorts de Bora Bora con bungalós se encuentren en las motus: todas las motus de Bora Bora tienen bellos colores, desde la sombra de los cocoteros a la suavidad del tiempo lento. Le invito a que disfrute estos momentos suspendidos en el tiempo, segundo a segundo durante su estancia. Son un regalo bello y raro que hay que valorar.